La izquierda necesita: Representatividad Social y Popular
Situación en México
En los tiempos precisos en que la izquierda avanza con pasos firmes en el Continente americano y en Europa son reconocidos sus enclaves, en nuestro país no obstante su crecimiento electoral del pasado 2 de julio que la colocó como la segunda fuerza política del país, nuevamente volvemos a observar una serie interminable de errores estratégicos, de decisiones absurdas y acciones condenables o cuando menos censurables y que una gran parte del pueblo no acepta.
El problema es todavía más profundo, porque además de que las llamadas “tribus” que militan, al mismo tiempo dividen al Partido de la Revolución Democrática, una parte cada día más creciente de cuadros y de bases, al verse desplazados, han empezado a reaccionar negando el voto tan necesario en las circunstancias actuales.
Una de las coyunturas que no ha sabido aprovechar la izquierda mexicana es el prestigio y la aceptación de los presidentes latinoamericanos de esa ideología, los cuales para vergüenza del presidente de derecha de nuestro país, Vicente Fox Quesada, lo superan ampliamente según encuestas de empresas especializadas privadas, no producto de sondeos oficiales, lo cual conviene resaltar.
Según Consulta Mitofsky, el presidente argentino, Néstor Kirchner ocupa la primera posición en el ranking continental con 76 por ciento de aceptación, seguido del colombiano, Alvaro Uribe que a 53 meses en el poder y después de lograr la reelección alcanza 72 por ciento. Mientras que al vilipendiado Hugo Chávez sus conciudadanos venezolanos le otorgan 70 por ciento. Vicente Fox apenas cuenta con un 61 por ciento. Un dato más y para nosotros obvio, “el policía del mundo”, el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush se ubica en el sótano en la posición número12; muy por debajo de la media -46 por ciento- con apenas 39 por ciento de aceptación.
Valdría la pena señalar desde nuestra perspectiva, cuáles son las principales causas que están provocando un retroceso de la izquierda nacional, repetimos, después del estupendo crecimiento que demostró en la pasada contienda del pasado 2 de julio, resultado, que también suponemos, debe ser motivo de análisis, porque aparte de los factores externos que se cebaron en el candidato, Andrés Manuel López Obrador, indiscutiblemente cometieron incontables errores, resbalones y traspiés, pues no es posible aceptar que un candidato que llegó a tener hasta 30 por ciento por arriba en la intención de voto, haya caído, a poco más de medio punto, ello aceptando que el de Macuspana ganó la contienda.
Sin dejar de tomar en cuenta que el Partido de la Revolución Democrática se crea por una escisión profunda del Partido Revolucionario Institucional, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, no es aceptable que la escoria del PRI y los renegados del mismo se conviertan en candidatos de la izquierda, victimando a sus cuadros que han luchado por años para fortalecer dicha corriente.
Desde siempre hemos señalado una y otra vez el que quizá sea el absurdo mayor del PRD, o mejor dicho de su dirigencia. Con tal de llegar al poder se coaligaron con su enemigo histórico, con la derecha, el Partido Acción Nacional con el sólo propósito de reventar a su primo hermano, el PRI.
Eso es lo que le ha ocurrido en el pasado en Tlaxcala y hoy en Chiapas y Tabasco. En el primer caso apoyó a un ex priísta resentido, Alfonso Sánchez Anaya que inclusive quiso imponer a su cónyuge en la gubernatura. Hizo lo mismo en el Chiapas con Juan Sabines, quien es el delfín del desgobernador Pablo Salazar Mendiguchía, enemigo número uno de los periodistas. Sabines, no obstante que los lacayunos Instituto y Consejo estatales electorales le otorgaron el triunfo, enfrenta la posible reversa por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Por último, en el Edén, postuló por tercera ocasión a un rico hotelero, César Raúl Ojeda Zubieta, que en nada se identifica con la gente desheredada y que por lógica le negó su voto.
México merece un partido de izquierda serio y coherente con su ideología. Es de esperarse que esa transformación se dé con el Frente Amplio Progresista que han conformado los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia. Este podría ser un paso decisivo para el avance democrático del país.
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Los errores de la izquierda
ARGENPRESS.infoEn los tiempos precisos en que la izquierda avanza con pasos firmes en el Continente americano y en Europa son reconocidos sus enclaves, en nuestro país no obstante su crecimiento electoral del pasado 2 de julio que la colocó como la segunda fuerza política del país, nuevamente volvemos a observar una serie interminable de errores estratégicos, de decisiones absurdas y acciones condenables o cuando menos censurables y que una gran parte del pueblo no acepta.
El problema es todavía más profundo, porque además de que las llamadas “tribus” que militan, al mismo tiempo dividen al Partido de la Revolución Democrática, una parte cada día más creciente de cuadros y de bases, al verse desplazados, han empezado a reaccionar negando el voto tan necesario en las circunstancias actuales.
Una de las coyunturas que no ha sabido aprovechar la izquierda mexicana es el prestigio y la aceptación de los presidentes latinoamericanos de esa ideología, los cuales para vergüenza del presidente de derecha de nuestro país, Vicente Fox Quesada, lo superan ampliamente según encuestas de empresas especializadas privadas, no producto de sondeos oficiales, lo cual conviene resaltar.
Según Consulta Mitofsky, el presidente argentino, Néstor Kirchner ocupa la primera posición en el ranking continental con 76 por ciento de aceptación, seguido del colombiano, Alvaro Uribe que a 53 meses en el poder y después de lograr la reelección alcanza 72 por ciento. Mientras que al vilipendiado Hugo Chávez sus conciudadanos venezolanos le otorgan 70 por ciento. Vicente Fox apenas cuenta con un 61 por ciento. Un dato más y para nosotros obvio, “el policía del mundo”, el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush se ubica en el sótano en la posición número12; muy por debajo de la media -46 por ciento- con apenas 39 por ciento de aceptación.
Valdría la pena señalar desde nuestra perspectiva, cuáles son las principales causas que están provocando un retroceso de la izquierda nacional, repetimos, después del estupendo crecimiento que demostró en la pasada contienda del pasado 2 de julio, resultado, que también suponemos, debe ser motivo de análisis, porque aparte de los factores externos que se cebaron en el candidato, Andrés Manuel López Obrador, indiscutiblemente cometieron incontables errores, resbalones y traspiés, pues no es posible aceptar que un candidato que llegó a tener hasta 30 por ciento por arriba en la intención de voto, haya caído, a poco más de medio punto, ello aceptando que el de Macuspana ganó la contienda.
Sin dejar de tomar en cuenta que el Partido de la Revolución Democrática se crea por una escisión profunda del Partido Revolucionario Institucional, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, no es aceptable que la escoria del PRI y los renegados del mismo se conviertan en candidatos de la izquierda, victimando a sus cuadros que han luchado por años para fortalecer dicha corriente.
Desde siempre hemos señalado una y otra vez el que quizá sea el absurdo mayor del PRD, o mejor dicho de su dirigencia. Con tal de llegar al poder se coaligaron con su enemigo histórico, con la derecha, el Partido Acción Nacional con el sólo propósito de reventar a su primo hermano, el PRI.
Eso es lo que le ha ocurrido en el pasado en Tlaxcala y hoy en Chiapas y Tabasco. En el primer caso apoyó a un ex priísta resentido, Alfonso Sánchez Anaya que inclusive quiso imponer a su cónyuge en la gubernatura. Hizo lo mismo en el Chiapas con Juan Sabines, quien es el delfín del desgobernador Pablo Salazar Mendiguchía, enemigo número uno de los periodistas. Sabines, no obstante que los lacayunos Instituto y Consejo estatales electorales le otorgaron el triunfo, enfrenta la posible reversa por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Por último, en el Edén, postuló por tercera ocasión a un rico hotelero, César Raúl Ojeda Zubieta, que en nada se identifica con la gente desheredada y que por lógica le negó su voto.
México merece un partido de izquierda serio y coherente con su ideología. Es de esperarse que esa transformación se dé con el Frente Amplio Progresista que han conformado los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia. Este podría ser un paso decisivo para el avance democrático del país.
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